Este blog es creado con el fin de promover una verdadera cultura musical en el país con identidad propia. Son muchas las bandas independientes que han formado parte de esta historia, y es tan evidente que la falta de apoyo ha hecho que muchas de ellas se estanquen o simplemente desaparezcan, dejando un vacío en sus seguidores y en la escena musical del país. Pero es esta misma trayectoria la que ha abierto las puertas a nuevas bandas, a nuevos músicos dispuestos a ofrecer propuestas sonoras innovadoras.
Ahondando por la red, hemos encontrado información muy valiosa; sobre todo una nota que hace referencia a este tema y de la cual hemos extraído gran cantidad de información para esta parte introductoria de nuestro Blog. La nota fue escrita por Edgar Castellanos, integrante de la banda Mamá Vudú y queremos concluir este breve preámbulo citándoles una frase escrita por él en este articulo:
"No olvidemos que la identidad viene por la capacidad de los pueblos de generar su propio camino."
HISTORIA DE LA MÚSICA INDEPENDIENTE EN EL ECUADOR
ANTECEDENTES
Con la popularización de las
radios FM en los años 70s en Ecuador se
permite la difusión masiva de nuevas tendencias internacionales como el rock
pero crea un vacío en la difusión de música tradicional. En esta época se
realizan los primeros festivales de rock en Quito, tanto en la Villaflora como
en La Carolina.
A mediados de la década de
los 60s, las subculturas generadas del rock empiezan a auto organizarse para
producir obras alejadas del flujo comercial imperante (mainstream).
A finales de los 80s en
Guayaquil, se forma la primera banda punk rock del Ecuador: Los Descontrolados.
EL MOVIMIENTO INDEPENDIENTE EN
ECUADOR
Durante los años 80s el rock se
consolida como la tendencia musical más importante del mundo y en Latinoamérica haciendo que en las radios se
escuche a Soda Stereo, Miguel Ríos o
Charly García.
En 1990 los conciertos
autogestionados empiezan en ciudades como Quito, Guayaquil y Ambato. En quito empiezan algunos bares
a organizar conciertos pequeños con bandas locales y en plan clandestino, pero
debido a las restricciones suspendían los eventos ya sea por escándalo público
o incumplimiento de requisitos y garantías o atentar contra la moral lo que
lleva a inventar espacios “alternativos” para seguir tocando. Así aparecen
lugares como El sótano en Quito o el Sitio en Ambato.
En 1987 se inicia la realización
del Festival “Al Sur del Cielo” que es un espacio autogestionado orientado a
los estilos más antiguos del rock: Heavy, Metal, Trash, Gótico y Hardcore. En 1994 se realiza en Luluncoto
(Quito) un festival de rock alternativo, convocado y organizado por las mismas
bandas. Al cual llegan cerca de 8.000
personas.
Siglo XXI, el movimiento rockero
nacional se ha establecido y bandas importantes empiezan a hacerse notar fuera
del país pero la mayoría de medios de comunicación siguen dando la espalda a
esta tendencia masiva que ha ido adquiriendo una identidad propia.
En 2003 Aparece el Quitofest
como resultado del trabajo de las bandas ecuatorianas en busca de nuevos
espacios de actividad. Este evento ha logrado visibilizar todo el movimiento
subcultural del país que mantiene infinidad de actividades en relación a las
culturas urbanas. El Quitofest sin duda marco la diferencia en la escena musical independiente, hoy en día se realizan con frecuencia varios festivales como El Carpazo, que en este año 2014 llevará a cabo su segunda edición.
ACTUALIDAD
Los impuestos y costos
de producción, complican el proceso de profesionalización de los músicos,
además los escasos espacios serios de difusión y de locales han llevado a
algunos músicos a dedicarse a hacer bandas de covers o tocar estilos ajenos a
sus gustos. Sin embargo, la ética del rock sigue alentando a la gente a llevar
a la música como una forma de vida y no como un espectáculo. La
auto-organización ha permitido que colectivos como Alarma (hard core) o el
movimiento rastafario puedan mantener una agenda anual de conciertos hechos con
seriedad y respeto al público. Lo que se espera para un futuro es un apoyo de radios y televisión a la música
que se hace en el país, pese a que esto genere una contradicción por difundir de manera masiva la propuesta independiente. La mejor manera de apoyar e incentivar a las bandas nacionales es convertirnos en verdaderos fans de nuestra música.